Su clientela casi exclusivamente son turistas de turismo masivo gestionado por touroperadores, aunque no faltan pequeños establecimientos dedicados a turismo individual.
A este tipo de hoteles en general les falta profesionalidad en la gestión para poder acometer actividades innovadoras. A excepción de las grandes cadenas el resto de hoteles son propiedad o están gestionados por unidades familiares, lo que dificulta la toma de decisiones arriesgadas o estratégicas que impliquen cambios profundos en la estructura del hotel, la definición del servicio, la adaptación a nuevos requisitos, la formación de los empleados y otros aspectos que son claves para adelantarse a los cambios que se producen en el sector turístico.
En estos activos se evidencia que la estrategia dirigida a la diferenciación del servicio frente a la competencia es muy positiva para conseguir realizar con éxito cambios importantes, en este sentido.